Era una mujer con tamaña lascivia que un simple ademán de sus ojos provocaba en mí voluptuosos sentimientos inefables.

lunes, 9 de agosto de 2010

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Puedo imaginarmelo sentado tras su mesa, vistiendo traje de chaqueta, el pelo limpio; tan guapo como siempre.
Se levantará al oir unos ruidos con cara de extrañeza y algo de preocupación aunque quizás no la necesaria hasta que vea a esos tipos. Enseguida sabrá que deberá mantener la calma, por su bien y el de sus compañeros. Mujer embarazada; peligro. No por parecer un héroe ni ser más valiente que nadie intentará calmar a los hombres, a aquella rata que le está apuntando con un arma y amenaza con volar por los aires toda su vida y la de quien se cruce con él.
Tendrá coraje para aparentar una voz sosegada queriendo así conseguir apaciguar a los hombres incluso cuando no le quede saliva en la boca por el miedo tratará de acordar algo con ellos; todo será en vano.

Puedo imaginarmelo tirado en el suelo, con el traje un poco arrugado, el pelo despeinado; tan guapo y querido por todos, como siempre.

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