Era una mujer con tamaña lascivia que un simple ademán de sus ojos provocaba en mí voluptuosos sentimientos inefables.

domingo, 13 de junio de 2010

Evasión

Somos nosotros. Se titula "tarde de placer extravagante".




Acarician sus cuerpos desnudos con la yema de los dedos; recorren las curvas dibujando mundos imaginarios. Unos labios juguetean con los cabellos, que se enredan para crear una tupida cortina escondiéndoles del resto de personas.
Cuanto más se alejan más cerca están, se muestran como lo que son, claros y sencillos, dos almas amándose.

Entre susurros se experimenta algo único y bello, tan verdadero como lo que hacen. Algo como el amor. No lo han inventado, pero igualmente lo disfrutan, también por aquellas personas que no pueden conocerlo o no quieren.

Es algo tan grande que les desgarra por dentro, están empapados de sudor, caricias y pasión.

Fundidos en uno, los corazones acompasados se disponen a descansar juntos en una nube que vuela por encima de sus cabezas, por encima de todo, dejando a un lado sus inquietudes.
Eso puede esperar para ellos. Para ellas.Para todos.

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