miércoles, 19 de mayo de 2010
Polishas, biología y adiós (sin anfetas).
"Me bustan mis compis y mi pipisito."
La verdad es que hasta hace un par de días las polillas me habían sido indiferentes. Unos bichitos que vuelan y son oscuritos, se comen la ropita y a mamá no le gustan por esa razón.
Desde que Laura Moreno me llamó casi llorando porque en el salón tenía una polillita y no podía estudiar lengua ni moverse de la silla, ya me creo todo lo que me digan en este mundo.
Parece que a nadie le gustan estos insectos, ¿por qué? si son como las mariposas, pero más chiquititas y puede que menos agraciadas. En estos últimos dos días he comprobado que nadie las quiere, incluso he visto correr a un Buen Macho y esconderse detrás de una columna por miedo a una misera polilla.
A mi me daban igual,siempre pensé que había bichos más asquerosos.
Siempre, hasta que conocí la biología del IB y su puta madre.
Ahora, ahora no me gustan las polillas, y cuando veo una me río y me vienen automáticamente a la cabeza muchas cosas: no hay que tocarlas porque se pasan el día metidas en charcos repugnantes (eso no lo sabe todo el mundo!), el viejo hombre de cro.ma.gnon y su musicalidad, contri-delgadez frutos secos, y del calostro bien espesito y con nutrientes.
It's not over yet, pero sí podemos decirle MOI MOI a la más tétrica y sádica del lugar, Manolo Gámez.
Gracias por ilustrarnos con tus clases mujéh, yo me parece que no me voy a poner mu triste.
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